Papás todo terreno
Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle
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Padre Hugo Tagle
Celebramos el Día del Padre en modo “coronavirus”. Quiero alentar y apoyarlos en su tarea -junto a su esposa e hijos, o muchos solos- en esta hora difícil. Muchos han debido sortear múltiples obstáculos en estos meses de encierro; jugar muchos roles, estar más presentes que nunca en el diario vivir familiar.
Se ha dicho y repetido: uno de los efectos positivos de este tiempo es el redescubrimiento de la familia como espacio de crecimiento y desarrollo personal. Hay una redefinición de roles familiares. Hemos tomado conciencia de que todas las manos son necesarias y es el trabajo colaborativo el que al fin rinde frutos y nos saca adelante. La familia es una pequeña empresa, la más importante, en que cada uno cuenta y aporta lo suyo.
El papel de los padres se ha debido readecuar a las nuevas circunstancias. Y no hay vuelta atrás, ya que notamos lo importante que es su aporte en el día a día. Más de alguno se ha sentido “perdido” en este escenario complejo. Junto con su trabajo, muchos han debido realizar tareas para las cuales no se sentían tan preparados. Estar “todo el día” en la casa es un desafío. En buena hora. Si lo han sabido aprovechar bien, saldrán enriquecidos.
Haremos bien en recordar y salir en ayuda de quienes pasan estas semanas de confinamiento en lugares estrechos, hacinados. Sufrimos la misma tempestad, pero estamos en distintos barcos. Recuérdeselos a sus hijos si saltan con alguna queja. Seguro hay familias cerca suyo que lo pasan bastante peor. Tomar conciencia de ello ablanda el corazón y lleva a ser agradecido por lo que se tiene.
La familia es lo mejor que tenemos. Espacio de encuentro, soporte afectivo, camino de crecimiento y realización. Ya no sirve el mero “padre proveedor”. Hoy hay una expectativa de que deben ser “24/7”; todo el día y todos los días. Desafío mayúsculo que se renta con creces. Vale la pena invertir tiempo y energía en la propia familia. Será un camino concreto de servicio a la sociedad.
Animo a los padres, sobre todo a los más jóvenes, a entregarse en cuerpo y alma a las tareas hogareñas. Desde el aseo y la limpieza, lavado de platos, hasta cocinar y cambiar pañales. Es el minuto de darse por entero a la familia. Ya notamos que -con dificultades, sin duda-, se puede combinar trabajo y familia.
El Papa Francisco invitó a los padres a que sean como san José para sus hijos. Guardianes y compañeros de su crecimiento en edad, sabiduría y gracia, como lo fue para Jesús. Un guardián de su camino; educadores y caminantes junto a ellos. Se recompensa enormemente.